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miércoles, 14 de septiembre de 2011

Eliminación de MATPEL

Eliminación de materiales peligrosos

El envío internacional de los desechos tóxicos, especialmente desde los países industrializados a las naciones en desarrollo, para eliminación representa una amenaza, no solamente para el medio ambiente de los países receptores, sino también para los océanos del mundo y la salud de la comunidad global.
El peligro se agrava, porque los productores de los desechos tóxicos encuentran que es más barato y fácil exportar estos productos, que cumplir con los reglamentos nacionales que controlan su manejo y eliminación. Más allá del riesgo de accidentes durante el transporte, existe un peligro cada vez más grave en la práctica de enviar los desperdicios tóxicos a las naciones en desarrollo, con sus limitaciones financieras, porque no pueden manejar con seguridad, los desechos que se generan o se almacenen dentro de sus fronteras.
No es responsable, desde el punto de vista ambiental, ubicar una operación industrial que produce desechos peligrosos, en un sitio donde no existe ningún medio efectivo para su eliminación. En el caso extremo, esto significa que ciertos sub sectores industriales, posiblemente, no sean adecuados para ciertas regiones. A menudo, el problema es institucional, y el sitio podría ser aceptable, condicionalmente, si el desarrollo propuesto fuera acompañado por un compromiso gubernamental para planificar y proporcionar transporte, tratamiento y eliminación de los desechos tóxicos.
El compromiso con el desarrollo sustentable, el desarrollo a largo plazo, pasa por el manejo efectivo de los recursos naturales y humanos. En vista del creciente peligro para el medio ambiente, que representan los envíos internacionales no reglamentados de desperdicios tóxicos, y a la luz de sus propias preocupaciones fundamentales por la protección ambiental de los países en desarrollo, para el manejo, envío y eliminación de los desechos tóxicos o peligrosos es conveniente considerar lo siguiente:
  • No se debe arriesgar los océanos, ni ningún país en desarrollo, debido a la descarga, transbordo, o eliminación de desechos tóxicos o peligrosos que se producen en un país y se transportan a otro.
  • Se deberá prohibir estricta y completamente las descargas al océano. Si se utiliza el envío internacional de los desperdicios tóxicos, esto deberá efectuarse solamente con el consentimiento informado y previo de las autoridades gubernamentales competentes; y después de la certificación aceptable de que el modo de transporte utilizado cumpla con los convenios y normas internacionales, y que el envío vaya a pasar por instalaciones seguras hasta llegar a los sitios de almacenamiento y eliminación que sean apropiados y ambientalmente solventes, y manejados por operadores experimentados, responsables y certificados, y bajo garantías adecuadas de monitoreo.
Estos temas de importancia internacional requieren una respuesta decidida y cooperativa. Actualmente la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la Organización de Unidad Africana (OUA), y los esfuerzos internacionales del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) están dirigidos a fin de establecer los arreglos de gobierno a gobierno para prohibir o controlar la eliminación de los desechos tóxicos y peligrosos, una conclusión definitiva de los tratados y su efectiva aplicación se hace cada vez más imperativa, para ello, la comunidad internacional y los gobiernos nacionales deben empeñarse, en el desarrollo de normas y códigos de practica claros que aseguren que el manejo de los desechos peligrosos sea ambientalmente solvente.

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